Falta de hueso en implantes dentales. Falta de hueso en sentido horizontal y falta de hueso en sentido vertical y las técnicas de corrección de los defectos de hueso que empleamos en Clínicas Dentales Propdental.
Falta de hueso en sentido horizontal
Se entiende como falta de hueso en sentido horizontal un defecto vestibular o linguo-palatino caracterizado por una falta de espesor óseo y exposición superior al 50% del diámetro del implante.
Distinguimos, como en la dehiscencia:
- Falta de hueso en sentido horizontal de clase I: La superficie implantaría expuesta queda por dentro del lecho óseo.
- Falta de hueso en sentido horizontal de clase II: La superficie implantaría expuesta queda por fuera del lecho óseo.
Los defectos de hueso en sentido horizontal se pueden corregir siguiendo cuatro técnicas distintas:
- Se separa la cresta edéntula de manera tal que las corticales vestibulares sean desarticuladas en dirección vestibular ampliando la superficie coronal de la cresta. Esta técnica es eficaz sobre todo cuando la radiografía tridimensional muestra una cresta semejante a un triángulo isósceles. Como ventaja tiene que requiere poquísimo material de injerto.
- Se decortica la superficie ósea y se utilizan partículas de hueso y una membrana para aumentar el espesor del hueso. Tiene la desventaja que es una técnica en dos fases, lo que implica más tiempo.
- Si desde un punto de vista de restauración, el implante resulta estable en la posición ideal, con una técnica de una sola fase, la colocación del implante se puede asociar a una técnica de regeneración ósea guiada usando fragmentos de hueso autólogo y una membrana como barrera. Tiene las ventajas que únicamente hay una fase quirúrgica y reducida morbilidad.
- Para aumentar el volumen del hueso se puede extraer un injerto intra- o extra-oral en bloque. Su aplicación resulta particularmente útil cuando el hueso propio es escaso y no tiene una base amplia, cuando se desea ampliar una cresta edéntula con forma de “filo de cuchillo” o bien en presencia de áreas desdentadas desde hace mucho tiempo en las cuales el proceso alveolar no se expandió para alojar los dientes que irrumpían.
- Su mayor ventaja es que resulta un tratamiento con una alta predictibilidad.
Falta de hueso en sentido vertical
Se entiende como tal el defecto constituido por una reabsorción de la cresta edéntula, acentuadamente “non-space-making”, caracterizado por la ausencia completa de paredes óseas que pueden dar lugar a la regeneración. La reabsorción ósea podría resultar tan extensa como para hacer imposible un adecuado posicionamiento del implante.
Su clasificación radica:
- Falta de hueso en sentido vertical de clase I: La insuficiencia vertical es inferior a 3 mm.
- Falta de hueso en sentido vertical de clase II: La insuficiencia vertical es superior a 3 mm.
En el defecto óseo de tipo vertical, los protocolos terapéuticos son variables según el nivel oclusal del hueso. Se puede recurrir a las siguientes alternativas:
- Un implante dental corto es de elección si el nivel oclusal del hueso es suficiente para la colocación del implante y su posterior restauración, y si la presencia de importantes estructuras anatómicas impide el uso de un implante más largo.
- Se inserta un implante más largo dejando una porción importante (menos de 5 mm) por encima de la superficie ocluasl del maxilar. Se decortica la superficie del hueso insertando partículas óseas y una membrana que contenga y proteja tanto al injerto como al coágulo.
- Se utiliza un injerto en bloque y una membrana para aumentar el volumen del hueso. Los implantes pueden ser colocados en un segundo tiempo (técnica de varias fases).
- En la distracción osteogénica se usa una combinación de injerto en bloque y de elevación gradual y progresiva de ese bloque en dirección coronal, para resolver el problema de una cantidad ósea vertical insuficiente, corrigiendo además la distancia entre ambas arcadas.
Defectos de hueso en implantes dentales
La clasificación de los defectos e irregularidades del hueso posteriores a la colocación de implantes dentales, permite una mejor identificación de los problemas y de las modalidades terapéuticas.
A las observaciones clínicas sobre el maxilar y sus relaciones con los dientes debe agregarse el examen radiográfico tridimensional, consintiendo así, formular decisiones terapéuticas apropiadas.