La superficie del implante dental de titanio es aquella parte del implante diseñada para estar en relación directa con el hueso. Existen tres tipos de superficie de implante dependiendo de su morfología: superficies lisas, rugosas (de adición o de sustracción) y modificadas.
Tipos de superficie del implante dental
Existen tres tipos de superficies de los implantes dentales que se usan actualmente en implantología.
Implantes con superficies lisas
Las superficies lisas son de titanio pulido microscópicamente, y son las primeras que se utilizaron en la práctica hasta descubrir el proceso de osteointegración. Son implantes de aspecto metálico, brillante, realizados a partir de titanio comercialmente puro. Clínicamente, es la superficie que más se ha usado a lo largo del tiempo, pero actualmente ya no se usa tanto porque tiene un porcentaje muy bajo de unión hueso-implante, y no funciona bien en situaciones de hueso de baja calidad o cantidad. Por este motivo, hoy en día sólo se usan en implantes que combinan superficie pulida en la porción endoósea, y con superficie rugosa en el resto, para aprovechar el único beneficio de la superficie lisa: menor afinidad de la placa bacteriana hacia la superficie lisa del implante.
Implantes con superficies rugosas
Las superficies rugosas son aquellas que, con independencia de la morfología del implante (tornillo, cilindro, cono…) presentan una irregularidad microscópica más o menos uniforme. Este tipo de superficie aumenta la superficie real que el implante ofrece al hueso vecino, hace que la osteointegración sea más rápida, con un mayor porcentaje de contacto hueso-implante, y se obtiene una unión más resistente a la ruptura por torsión o torque.
Hay dos tipos de implantes dentales con superficies rugosas dependiendo de su fabricación: por adición y por sustracción. Las superficies rugosas por adición se consiguen añadiendo partículas de plasma de titanio o de de hidroxiapatita a un núcleo de titanio. Por el contrario, las de sustracción se obtienen creando cavidades microscópicas con métodos físicos o químicos, eliminando parte del núcleo del implante. Gracias a que no se necesita añadir material para crear la rugosidad, se elimina el riesgo de desprendimiento accidental de la cubierta. Clínicamente se obtiene una cicatrización más rápida, una mayor superficie de osteointegración real del implante, y mayor resistencia cuando se aprietan los pilares de la prótesis.
Implantes con superficies modificadas
Las superficies modificadas se obtienen mediante el acondicionamiento a nivel ultraestructural del implante de titanio, preservando sus características y estructura macroscópica. Algunos ejemplos de este acondicionamiento son Ia implantación iónica, el tratamiento con Iáser y la corriente electro-térmica. Estas superficies se encuentran aún en fase experimental, pero los resultados iniciales parecen mostrar una mayor relación de contacto hueso-implante y una unión más estable respecto a superficies no modificadas, especialmente en zonas de pobre densidad ósea, donde nos interesa mejorar la osteointegración.